A veces en mis ratos
de soledad, aparte de cascármela o escuchar el último disco de Nek, lloro de
felicidad porque tengo un blog. Lo mejor de tener un blog es que, como nadie te
lee, puedes escribir lo que te salga de la punta del cimborrio sin temor a
represalias.
Si alguien no está familiarizado con el término, un cimborrio es una torre que sirve para
darle altura a una bóveda. Luego la punta sería esa bóveda, por
tanto, con “la punta del cimborrio” no me estoy refiriendo a todo el volumen de
mi pene, sino solo a la parte que se conoce como glande.
-Fin de la cita-
Aprovechando que soy afortunado por ser bloguero y como la
Navidad está cerca quiero lanzar desde aquí mi deseo de este año a Papá Noel:
Quiero embarrar de mierda personalmente la mesa de Pasapalabra para luego con
el dedo dibujar un buen cimborrio.
-TRAUMAS Y CACA -
Pasapalabra tiene un magnetismo diabólico, la tele siempre estará encendida a
la hora de Pasapalabra y si intentas cambiar no podrás porque a esa hora no hay
nada que se pueda ver. Si es que realmente emiten algo a esa hora en las otras
cadenas. POR SUPUESTO ni se te ocurra abrir un libro o la furia de hello kitty caerá sobre tu iphone.
Creo que por fin estoy preparado a contar QUE YO FUI A
CONCURSAR A PASAPALABRA y fue traumático. Tú dirás -pues se les ve felices y contentos a los concursantes.- PUES NO. PONTE EN SU SITUACIÓN:
Concursante, hablando basto, sin un duro, aguantas ahí,
sentado en la mesa que huele a cristasol, los focos, riéndole los chistes a Cristian (el presentador),
contemplando al peluche/mascota de mierda que tienen ahí encima de la mesa, ese
peluche que te hará llorar sangre si lo miras mucho rato. Añádele la des-ayuda
de tus compañeros. Estos compañeros siempre son dos, suelen ser ilustres intelectuales de la
talla de Mario Vaquerizo, yo tuve suerte
y me tocó el primo del vecino de Punset que había ganado Miss Cuenca Transexual
2009. Tenia un pollazo. Literalmente.
Antes de llegar al
rosco ya hueles tu propio sudor, estás cansado y extrañamente empalmado. Quieres volver a casa. Tienes
las orejas rojas, infectadas de pus, de toda las referencias a Falete que te
han hecho escuchar y van y te colocan en un pedestal para la prueba final, ese pedestal sigue húmedo de la mezcla de lágrimas y orina del concursante que vino ayer y hoy está echado sobre el suelo, en una esquina de su habitación
meciéndose agarrado a sus rodillas, secándose las lágrimas periódicamente
contra el gotelé de la pared. A un lado un trozo de cuerda y al otro un bote de
pastillas.
Como no tengo más ganas de alargar esta mierda resumo el final:
NO ME COMI UN ROSCO AJAJAJAJAJAJA :-D
Mi experiencia en el mundo de los concursos fue más traumático
que la vez que conocí a un señor mayor en el parque (en el subeybaja para ser
exactos) me dijo que me iba a regalar una gameboy si iba a su casa y al final no
tenia gameboy y acabó metiendome el joystick. El día de mi cumpleaños. También
me dio de fumar marihuana.
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